Actualmente existe un creciente auge de la Medicina Alternativa (acupuntura, homeopatía, energías, dietas, etc), coincidiendo con la demanda creciente de la población por resolver todos sus problemas lo antes posible. En principio no existe reparo alguno por parte del oncólogo siempre que se comente dicho aspecto previamente. Así se podrá comprobar que al menos no se trata de terapias tóxicas o que pudieran interferir con los tratamientos oncológicos convencionales científicamente probados.
Distintas disciplinas han demostrado su ayuda en la relajación del paciente oncológico como son la acupuntura, el yoga o la musicoterapia. Pero existen otras muchas técnicas que no solo son ineficaces sino que pueden llegar a producir empeoramiento en la evolución de la enfermedad. Por otra parte muchas sustancias “naturales” o de herbolarios están contraindicadas al interferir con los tratamientos oncológicos.
Independientemente de las creencias personales conviene eludir todo tipo de remedios esotéricos (curanderismos, etc) que milagrosamente curan la enfermedad, aprovechándose en la mayoría de los casos de una situación desesperada. Las situaciones en las que ya no hay opciones de tratamiento oncológico requieren de una buena cobertura sintomática a cargo de equipos de cuidados paliativos para conseguir el mantenimiento de la calidad de vida del paciente terminal.
A veces en situaciones concretas puede valorarse también la incorporación a un Ensayo Clínico, pero nunca es recomendable realizar un periplo buscando remedios milagrosos ya que lo único que conseguiremos será empeorar aún más la situación.