Es el tipo de prevención más eficaz contra esta epidemia. Se trata de modificar los hábitos de vida eliminando los factores de riesgo. Sabemos que la combinación de una serie de factores de riesgo ambientales y genéticos va actuando lenta y progresivamente hasta que acaba desarrollando el cáncer en un proceso que se conoce como carcinogénesis. Pero también sabemos que la causa del cáncer es ambiental en más del 90% de los casos. Se ha descrito que mediante la modificación de estos factores se previene el cáncer en más del 50% de los casos. Existen diversos estudios que han demostrado importantes reducciones de los casos cuando se modifican tan solo 4 factores que son el no fumar, evitar el sobrepeso, realizar actividad física y llevar una dieta equilibrada.
Si las Autoridades sanitarias y la sociedad en su conjunto impulsaran la Prevención Primaria del cáncer podría suponer el final de la epidemia y en un plazo de 15-20 años podría llegar a ser una enfermedad poco frecuente. Esta es pues la mejor y única solución para frenar el avance de la epidemia.
El concepto de Vida saludable es muy amplio; se refiere a una forma de vida en la cual la persona mantiene un equilibrio en su dieta alimentaria, actividad física, intelectual, descanso, higiene y ausencia de hábitos tóxicos. Este bienestar físico y mental nos aporta felicidad y prevención de enfermedades crónicas. Algunos consejos para llevar una vida saludable podemos encontrarlos en las Recomendaciones Preventivas del Cáncer.
Pero en definitiva podríamos resumirlos en que bastaría con realizar un seguimiento apropiado de las recomendaciones existentes en el Código Europeo contra el Cáncer
La prevención primaria por sí sola no es suficiente ya que no evita todos los casos y además todavía hay algunos tipos de cáncer cuyas causas no son bien conocidas. Por este motivo, las medidas de prevención primaria han de completarse con actividades de diagnóstico precoz que deben implementarse con carácter poblacional y frente a procesos patológicos determinados; nos referimos a la Prevención Secundaria.
Es la detección de la enfermedad en las primeras fases cuando es fácilmente curable. Para ello se estudian mediantes pruebas diagnósticas a unos grupos concretos de población sana para detectar el inicio de enfermedad en algunas personas de todo eses grupo.
Los programas de detección precoz que están en marcha son el de detección precoz del cáncer de mama mediante mamografía (50-69 años), la detección del cáncer de cérvix mediante citología (25-60 años) y la del carcinoma colorectal mediante prueba de sangre oculta en heces asociada si procede a colonoscopia (a partir de los 50 años). Las indicaciones de acceso a estos programas están claramente definidas y pueden comprobarse en las principales webs sanitarias (recogidas en nuestros enlaces).
Existen otros estudios preventivos que pueden hacerse a determinados colectivos o personas de riesgo pero son muy limitados y siempre indicados por el Médico de familia.
La educación sanitaria de la población supone en prevención secundaria dar a conocer los signos precoces del cáncer. Estas señales fueron enunciadas por la OMS y las conocemos como Signos y Síntomas de Alarma.